lunes, 21 de noviembre de 2011

Ahhh, l'amour (Partie III)

Dediqué poco menos de 2 días a leer el libro "el arte de amar" de Erich Fromm.

Muy ordenado, el librito. Según este señor, el amor se puede estudiar y subdividir en categorías. Pero después dice que el amor es "uno". Mucho sobre Dios, pero en realidad mucho sobre teología. Mucho sobre amor fraternal, paterno... pero desdibujado con historia psico-sociológica. Mucha influencia de escuela en las palabras de este pensador, que no podía escapar a esta tendencia teutona de categorizar las cosas para poder entenderlas mejor.
Según el viejo Erich, hay amores que no están bien, por no ser consensuados, no son productivos. Son totalmente en vano, porque no se corresponden... cricri.
¿Hay amores desperdiciados? ¿O hay simplemente, amor?
Mi psicóloga afirma que uno elige de quien enamorarse. Si le creo, es admitir que soy idiota. Entonces opto por creerle "a veces"... porque es verdad, a veces soy idiota. Una elección es aceptar algo y desaceptar otra por conveniencia -ponele, si no fue por ta te ti-. Entonces, ¿la premisa deviene en la conclusión de que enamorarse es una conveniencia?
¿Qué pasó con el instinto, gente que estudia a la gente? ¿Con las causalidades, las conexiones, las fuerzas mentales? Si todo tiene que ver con un aspecto fallido de la niñez, o del mal karma, o las vidas pasadas... no, gracias, prefiero seguir sin ir al psicoloco. Algunos consejos que te da la gente, no creo que los apliquen en su propia vida.
En este mundo hay gurús del éxito que escriben libros para cualquier tema... esta bien, respeto a este señor que se ve en su momento era todo un estudioso y revolucionario, pero el amor no es para pensarlo, es para vivirlo...


Amor es lo que te pasa mientras vos estas pensando en toda esa bobaliqueada. Y mientras pensás en "uy, conviene o no conviene?" te perdés de lo maravilloso y único que es intimar profundamente con alguien, y llevarte una parte de su ser, dejándole una parte del tuyo. Y si por esas cosas se termina cuando no debía, o peor, no se termina cuando debería terminar... bueno, cosas que pasan. Confío en mi sexto sentido y en la evolución de mi propia vida (me estoy hablando a mí misma... me parece)
Mis sesos en este momento reclaman condimentos variados...

O fue un exceso de vitel toné...

domingo, 6 de noviembre de 2011

La mente parte II

Todo lo que tornamos real es una resolución de la mente. Lo que está aquí es porque nosotros lo inventamos. Las elecciones giran en torno a la sencilla pregunta: ¿qué deseamos?
¿Qué es la felicidad para vos? ¿Qué es la felicidad para mí?
Ésta es la llave mágica que destraba cerraduras bloqueadoras.
No es algo imposible de lograr, porque no es nada del mundo real...
Figurá un campo esmeralda y trigo, olor a lluvia fresca sobre la tierra, con toques de violetas y campanillas para iluminar el color. Una casa mediana de líneas simples, alguien para amar todas las noches. O improvisá un viaje por todo el globo, acomodándote a culturas disimiles, a horizontes infrecuentes, a paisajes maravillosos, a gentes heterogéneas.
Luego confía en que todo eso puede ser posible, que con un poco de esfuerzo te enganchas en el tren de los deseos, ¡pero estate atento, que pasa muy raras veces!
Planteate qué es felicidad para vos y subí de un salto de una vez, para así poder vivir lo que invocaste, o fallar en el intento.


La realidad es el sueño del que no podemos despertar.

N. de autor : lo escribí hace... unos 9 años? Lo leo y me da un poco de gracia, cómo pensaba en ese entonces. Es lindo redescubrirse y releerse, más en aquellos escritos cuando apenas empezaba la vida para uno. Donde todo era posible. Qué bueno ser un poco más jóvenes... ellos pueden todo, porque a poco le temen.

sábado, 22 de octubre de 2011

Ciencias

Paciencia, la ciencia de la paz. Necesaria para alcanzar logros a largo plazo, aguantando cada obstáculo, para esperar a que lleguen los momentos oportunos... Pero un esperar con sentido de esperanza, no de quietud e indolencia, no el esperar en los bancos del andén mientras se teje la bufanda del destino.
Urgencia... la ciencia que urge, la necesidad de lo inmediato, la saciedad del deseo visceral e instintivo. Urgir... pero sin rugir, sin ser del todo animal, sólo saber aprovechar ese sentido de la supervivencia que la evolución por algo dejó en nuestros rasgos.
A lo largo de la vida, la paciencia es fundamental para hilar las tramas del destino y descubrir los significados ocultos de lo inmediato. Nos da la sabiduría de saber disfrutar de las grandes recompensas que son hijas de grandes sueños, tras arduos trabajos o inversiones de años enteros. Pero en cada descanso del camino, el impulso yace como caramelos entre comidas, pequeñas motivaciones, como relojes que alertan sobre el paso del tiempo y la finitud de la vida.
Sin paciencia somos entes errantes, aprendices eternos, torpes marionetas de nuestros impulsos. Pero sin urgencias, somos armaduras caminantes con los sentidos disminuidos, sin abolladuras pero sin caricias, que se pierden - por seguir en su rumbo prescrito- de sacarle jugo a la naranja de la vida.

sábado, 8 de octubre de 2011

C'est moi IV

Y así es cómo dejé el silencio ambiguo de lado. Siguiendo mis principios, en contra de la corriente, como siempre. ¡Qué digo, que acá estoy! El dolor no es una fantasía. El dolor nos recuerda que la vida no es eterna. Hay que tener coraje para abrir aún más una herida y limpiarla con lágrimas, aunque sangre un poco. Eso sí, decidí esperar a que cierre y alejarme. Aún me falta limpiar otra más grande, otra llena de silencios. Me va a doler aún más (¿es tarde ya?). El tiempo no explica, no dice nada, sólo se pasa.

Y seguiré escribiendo para no sentirme sola, sin esperar que mi despecho se canalice sin lastimar a terceros. Hace tiempo que descubrí que eso es algo casi imposible. Y que el humano en el fondo es egoísta.

Irónico y bizarro, amor mezclado con odio y con lástima, todo revuelto, nadie se salva.

Mi dolor es triple, mi amor es doble. Pero el dulce de leche se acabó, y un rock&roll se pasó de moda.

Ho'oponopono

Te amo. Lo siento. Perdón. Gracias.

Estoy explorando la meditación. Gracias a una persona, en el camino me he encontrado con esta técnica.  La búsqueda de uno mismo puede empezar en lo externo y regresar a uno, o viceversa. Lo que se aprende al final es que no hay "fuera" ni "dentro" sino "uno". La primera vez que me dispuse en silencio, con la mente en blanco, y pronuncié esos vocablos hacia nadie y hacia todo a la vez, lloré. Porque de verdad estaba intentando, les estaba dando significado.

"Todo lo que está en tu vida es porque tú lo has atraído". "Somos responsables de todo lo que ocurre en nuestras vidas". Por ende, somos responsables de las personas que atraemos a nuestra vida. La energía espiritual, emocional, o como quiera llamarse, existe, y es la unidad a la cual estamos conectados a un "todo". Todo ahora cobra sentido. Tantos sueños, tanta receptividad, el "ver" a otras personas, las experiencias indelebles... el conectarnos a ese nivel de vibraciones es un don, una maravilla humana.

Te amo. Lo siento. Perdón. Gracias.

Son palabras limpiadoras. Simples, sin más significados ocultos. Ni cielo ni infierno ni divinidades inalcanzables. Todo está en uno. Son palabras para nosotros mismos, como miembros de la red de emociones que nos vinculan a todo lo que pasa a nuestro alrededor. Son palabras que sirven para enmendar recuerdos dolorosos, partidas abruptas, injusticias, desilusiones. Todo aquello que nos bloquea y no nos deja seguir.
Para seguir es necesario aceptar, para aceptar es necesario dejar de renegar contra lo que sucedió. La lucha debe ser contra lo que vendrá. La elección futura, depende mucho de que podamos aceptar nuestro pasado y lo vivamos como recuerdo, como así un guerrero toca sus cicatrices cerradas y limpias luego de tantas batallas. Dejar ir... let it go... laissez-passer...

Sólo si me ayudo a mí misma, podré ayudarte a vos.
Te amo. Lo siento. Perdón. Gracias.




sábado, 10 de septiembre de 2011

Cerrojos


Hay cosas que escribo sólo para mí. En mi conciencia, en mi inconsciencia, en el carácter de mercenaria del destino que la vida me dio al abrirme sus puertas. Y esas líneas grabadas a sangre, plasmadas bajo llave, pintadas sobre pintado, para que ni Dios sepa los secretos que atestigua, me las llevo a mi cava. Tantas frases llenas de colores, de parábolas, de locura crecida, no van a ser vistas ni por los recuerdos que resucitan, porque si hay algo más profundo en el planeta que los mismísimos océanos, es un corazón de mujer. Y no hay amiga para esta clase de lectura prohibida, no hay hermosura que excuse su callada providencia, ni tornados que puedan arrancarlas de su miércoles de cenizas. Hay cosas que sólo escribo para mí, para verme al espejo.

viernes, 5 de agosto de 2011

Fidelité


Mi cuento empieza cada noche de luna nueva, porque cada ciclo me trae una experiencia diferente. Cada fase muto y devengo en diferentes matices, para mantenerme igual. Y sublimo mieles y decanto lutos, recojo diamantes entre pelusas y moralejas astutas; como un historiador acumula recuerdos, siempre contemplando lo que dejo detrás. Esta es la vida que elegí, aunque a veces lo niegue, y me sienta mártir en la batalla que provoqué. Elegí vivir mi vida. Probar, conocer, sentir, sin aferramientos materialistas. Aunque el precio no sea en oro, sino en silencio. Silencios en mi casa, y ecos en mi cabeza. Aunque a veces crea que me lo merezco, por no dejarme domar por ningún arriero, por transgredir ideales arcaicos, por ser amante de mi libertad. Quien me amará lo hará así, como soy y he sido, à la française. Hay una virtud que siempre defiendo: he sido fiel a mí misma en todo momento, y no es algo ligero para ignorar.

viernes, 10 de junio de 2011

Transformación


Tacones, medias, falda. Colgante y aros, tres o cuatro anillos, maquillaje, peinado. Me miro al espejo y veo la fémina que de tanta rutina mantengo encerrada, hasta que los viernes de luna menguante despliega sus alas y sale a sobrevolar la ciudad de madrugada. Me miro y me gusta lo que veo, porque soy yo misma en mi máximo destello. Y se siente tan bueno, saber que poseemos la llave del deseo, la cerilla de toda fogata. Que queremos y que podemos. Es el encanto de ser mujer, algo que sólo mi género puede saber, y que siempre nos delata.

Hoy me voy a buscar a mi lobo, por las dudas llevaré balas de plata.

martes, 7 de junio de 2011

Gris

La ciudad está ahí afuera, con su humedad cuajada, sus edificios grises y palomas pululantes. La muchedumbre va en bandadas, se junta, se choca, camina y camina. La gente lleva a otra gente en sus brazos: hijos, amantes, padres. Yo escondo las manos en los bolsillos. Las caras son polaroids del alma, ya no son espejos, ya no puedo verme reflejada.
La gente va en bandadas y yo contra la corriente, las rozo. Siempre fui una outsider, una observadora, que poco y nada puede hacer para mezclarse. La ciudad está ahí afuera, y yo aquí adentro mío, tan dentro. Si se puede perder la empatía, la estoy perdiendo, como pierde la vista una catarata de ensueño.
Siempre me gustó la soledad, esos ratos para mí, donde imaginar sin vergüenza. Y el gusto se hizo hábito, y aunque el hábito no hace al monje, como monja quedo. Sola rezando por salir de mi convento de silencio, mirando hacia afuera, deseando que algún alma de entre la muchedumbre me traspase, me embeba, me despierte.


viernes, 15 de abril de 2011

Let's agree to disagree

Hay tres cosas que no se deben mencionar en la mesa: religión, fútbol y política. ¿Por qué ha de serlo?
Se me ocurre qué es lo que pueden tener en común, que hace que las personas - cultas, muchas- de diferentes credos, partidos y equipos no logren llegar a acuerdos racionales. En algún punto sale el fanático de adentro a pelear con uñas y dientes. ¿Dónde está el límite último que separa cualquier argumento, cuál es el sentido de seguir tercamente anclado en un pensamiento?
Tanto la religión, como la política, como el fútbol, son inventos humanos. Digan lo que digan de Dios, del Estado o de la alegría mais grande do mundo, nosotros construímos los conceptos y las instituciones para hacerlos terrestres, materializarlos de alguna manera. Nosotros. ¿ Y por qué no se puede entonces congeniar, entre diferentes maneras de interpretar algo en que creemos? Las ideas, son simplemente ideas. Los conceptos, se pueden definir y redefinir cuantas veces sea necesario. Pero el problema es que se cree demasiado fuerte en una idea. Y lo que creen, una vez instituído como una certeza, no tiene marcha atrás. Se tiene fe en ello, se profesa sobre ello. ¿Y qué quiere decir?
Cuando alguien defiende aquello que adopta como guía de vida o de pasiones tan idealmente, lo va depurando de fallas -aunque acepte que las tenga-, lo iza en una estructura sin dolo ni grietas, y crea más conceptos para justificar su aparente razón, como una bola de nieve que crece en la ladera... Y es muy atractiva una idea tan gloriosa, tan llena de virtudes, y va ganando adeptos ansiosos de poder sentir esa "fuerza" omnipotente e inexplicable... sí, lógicamente es inexplicable.
Pero en el fondo, muy en el fondo, sólo está la fe, ciega, ignorante, en esa afirmación, que a toda costa impiden que se vuelva duda. Si hay duda se pierde en el duelo de la palabra, la guía ya no es guía, la bola de nieve se estrella contra la ladera; cuando se caen las certezas, se pierde el sentido del destino.
Pero no importa, siempre hay algo nuevo en qué creer.

martes, 5 de abril de 2011

NUEVO ES ESTE TíTULO

Este blog necesitaba un refresh; primero Kabalá, luego Cabalá por cuestiones ajenas a él, no los encuentro atractivos ni representativos del blog últimamente. Y ante la duda de un título demasiado excéntrico para poner, lo nombro con algo que siempre fui y seré: una chica pensativa, quizás después de haber sido impulsiva jeje. Dejé una muda de piel, pero no quiere decir que me haya despojado de mi esencia, mis posts de siempre siguen ahí.

XOXO

domingo, 3 de abril de 2011

Y ahora qué hago con estos 500 días.

Nunca me esperaba atardecer ese sábado mirando tus manos, con arena en la garganta a pesar de los mates, con alegría en los ojos a pesar de las noticias. Porque cuando al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos, sino un gran espacio, es desesperante. Escucho tu voz y me parece mentira, que estés ahí enfrente mío, en una suerte de despedida/bienvenida un tanto austera y sinsentido, y me hables de lo nuestro como se habla de la niñez: en tiempo pasado, con vestigios en el presente.
Nunca voy a saber si me amás, tal vez no como yo te amo, tal vez como nadie alguna vez amó. Es tan triste que puede hacer llorar al libretista de Cinema Paradiso, y sin embargo no hay lágrima en mí, por algo que no empieza ni acaba. Sin culpa no hay pecado, ¿cómo puedo sentir enojo y dulzura a la vez, mirando tus ojos vespertinos? De tu relato muchas cosas se me han confundido, pero de algo estoy segura: de tu abrazo verdadero cuando el ocaso hacía sombra en nuestro destino, de que el tiempo no levantó muros entre tus brazos y los míos.
Tal vez sigas tu camino sin preguntarte dónde te lleva, y te aferres a él porque sabés de dónde viene. Y las dudas te acompañen en cada bifurcación que encuentres, como los carteles sobre la ruta. Puedo ser la persona más comprensible del planeta, diciéndote que has elegido bien, que pronto tendrás lo que querés, que ya vas a ver, lo nuestro se olvida. O puedo ser despiadada y ofensiva, decirte que te equivocas, que amor no es compañía, que por algo te preguntas cómo habría sido conmigo, que aún después de un año nuestra piel es ceniza ardida, y ante el menor chispazo vuelve a sentirse intacta.
Siempre tuve presente que nos hemos tenido presente, en los pensamientos muchas veces, otros tantos en verdaderos llamados. Te estuve necesitando, me estuviste extrañando, yo quería desahogarme, vos querías escucharme, y terminamos al revés. Y tal vez nada logre aclararse a pesar de las horas conversadas, y esta sea nuestra manera de ser, compartida antes que vaciar nuestras vidas.
Nunca pensé que iba a mirarte dormir, una vez más, con gusto a cariño en los labios, con tibieza de adiós en el pecho, con aroma a amanecer de domingo. Cada vez me encuentro con más sentimientos complejos, más grises que blancos y negros. Y preguntas como por qué lo hice, o para qué, tienen una simple respuesta: porque te quiero, simplemente para quererte un día más.
Por qué o para qué lo hiciste, no lo puedo adivinar...

jueves, 17 de marzo de 2011

El ojo del huracán

Nómade, gypsi, eternauta. Voy y vengo, de paseo, inconstante e inconsciente. Necesitaría la brújula de Jack Sparrow, esa que no apunta al norte, sino a lo que más deseás en ese momento. Porque ya no sé si existen encuentros en esta nube de concreto, que aplasta los sueños de un saque y te petrifica, dejándote mudo y sin pestañas.
El tiempo me acosa, como un viento solar que despeina las lunas de mi cielo de otoño, que remueve la tierra bajo los pies y hace que me tropiece, sin poderme amarrar a él. El mundo se vino con toda su furia, los cataclismos se desatan en las fosas marinas y en la profundidad de las personas.
Y me quedo mirando al noreste, tiesa, perpleja, atónita, sintiendo los choques y rupturas, y el magma interno brotar en mis entrañas. Me quema la piel, me pesan los huesos, se me interrumpe el sueño y la fobia me atrapa. Necesito exorcizarme, gritar, sacudirme, arañar esta bolsa invisible que me envuelve, y sacarme este infierno de adentro. Quiero renacer de entre las cenizas de un pasado sin gloria y demasiadas penas.
Debo emprender un nuevo viaje, otra vez.