sábado, 8 de octubre de 2011

C'est moi IV

Y así es cómo dejé el silencio ambiguo de lado. Siguiendo mis principios, en contra de la corriente, como siempre. ¡Qué digo, que acá estoy! El dolor no es una fantasía. El dolor nos recuerda que la vida no es eterna. Hay que tener coraje para abrir aún más una herida y limpiarla con lágrimas, aunque sangre un poco. Eso sí, decidí esperar a que cierre y alejarme. Aún me falta limpiar otra más grande, otra llena de silencios. Me va a doler aún más (¿es tarde ya?). El tiempo no explica, no dice nada, sólo se pasa.

Y seguiré escribiendo para no sentirme sola, sin esperar que mi despecho se canalice sin lastimar a terceros. Hace tiempo que descubrí que eso es algo casi imposible. Y que el humano en el fondo es egoísta.

Irónico y bizarro, amor mezclado con odio y con lástima, todo revuelto, nadie se salva.

Mi dolor es triple, mi amor es doble. Pero el dulce de leche se acabó, y un rock&roll se pasó de moda.

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