viernes, 5 de agosto de 2011

Fidelité


Mi cuento empieza cada noche de luna nueva, porque cada ciclo me trae una experiencia diferente. Cada fase muto y devengo en diferentes matices, para mantenerme igual. Y sublimo mieles y decanto lutos, recojo diamantes entre pelusas y moralejas astutas; como un historiador acumula recuerdos, siempre contemplando lo que dejo detrás. Esta es la vida que elegí, aunque a veces lo niegue, y me sienta mártir en la batalla que provoqué. Elegí vivir mi vida. Probar, conocer, sentir, sin aferramientos materialistas. Aunque el precio no sea en oro, sino en silencio. Silencios en mi casa, y ecos en mi cabeza. Aunque a veces crea que me lo merezco, por no dejarme domar por ningún arriero, por transgredir ideales arcaicos, por ser amante de mi libertad. Quien me amará lo hará así, como soy y he sido, à la française. Hay una virtud que siempre defiendo: he sido fiel a mí misma en todo momento, y no es algo ligero para ignorar.