jueves, 26 de julio de 2007

Ilusa!


Recordé otra época de mi vida en la que leer filosofía era una tarea cotidiana e insufriblemente ardua, cuando encontré en un armario la ideología alemana, de Karl Marx y Friedrich Engels. Para mí éste libro, todavía intacto a pesar de los años, encofra muchos significados en el plano de lo personal. Lo adquirí semanas antes de abandonar la carrera de R.R.I.I, dejándolo intacto, vírgen, como el ícono del olvido de una época oscura de mi vida. Enojada con el mundo, me dediqué a olvidar.
Pero no abandoné mi afán de pensadora, crítica de lo cotidiano. Lo que quería lograr era, en la medida de lo posible, tratar de abstraerme de cualquier influencia al escribir, sólo basarme en mis vivencias (sé que me contradigo al publicar la columna de aquí al lado, pero no voy a ser hipócrita, me gusta leer en verdad y no puedo evitar por completo esta maña). Y como estoy aburrida, comencé a leerlo... y oh sorpresa. Sin antes haberme metido en tales páginas, habiendo casi olvidado las obras de éstos escritores, reconocí escondida en un párrafo una idea mía, que pensaba única. Y oh, otra sorpresa, semanas después leyendo a Sábato en la robotización del hombre me pasó exactamente lo mismo.
Y aquí van mis preguntas: ¿será que está todo pensado? ¿Por qué ideas de hace 1 y ½ siglo atrás aparecen como si surgieran originalmente de nosotros? Es decir, ¿por qué los pensadores recaen siempre en las mismas discusiones? ¿Hay problemáticas a priori? ¿ O el mundo avanza tan cíclicamente como para que se repita todo?
No sé. Lo que sí me doy cuenta es que para filosofar sobre algunas cosas no se necesitan profundos conocimientos previos. Quizás sean necesarios para batallar en el mundo de las ideas, entre los pensadores “profesionales” de cada época, para defender la postura y no escribir lo ya escrito... aunque, por otro lado, hay tantas personas que escribieron, escriben y escribirán en el mundo que es imposible hacer un seguimiento, aunque sea una sinapsis, de cada libro, cada columna en los diarios, cada paper, ensayo, revista, página web o cualquier forma de transmisión de conjeturas como para ponerse a ser originales y no encontrarse con algún “pensamiento mellizo” por ahí.
Pero es interesante. Un axioma no es nada sin la filosofía que lo declara. Una frase no es bien interpretada sin su contexto. A lo que me refiero es que dos pensamientos pueden ser elementos de una mezcla azeotrópica (1); pueden ser de comportamientos diferentes que se unen sólo en algún punto, donde plantean algo semejante o simplemente usan palabras parecidas. Pero sólo eso. El antes y después de ese “encuentro” pueden ser tan lejanos, opuestos, o indiferentes, gracias a la genialidad propia del ligue de las palabras.
Por lo pronto, no me importa qué es lo que digan Engels y Marx, ni lo que plantea Sábato, ¡ésas ideas eran mías! Aunque a veces las coincidencias no son tan azarosas... y si digo, “es por algo”, me transporto al blog de Daydreamer (2) y se sigue la discusión eterna.

(1) Concepto químico, soluciones. Para más info. ir a Wikipedia.
(2) Amiga mía que escribe sobre cosas polémicas en ellacontraelmundo.blogspot.com

miércoles, 11 de julio de 2007

C'est moi II


El mediodía se pasa, la ciudad está tranquila como cualquier sábado. Estoy sola en mi depto, mi refugio. No poseo demasiadas cosas ni mucho espacio, pero tengo lo que necesito: una gran puerta balcón que da a la esquina, mis CD’s, un sofá grande y mullido, algo de comida, la guitarra, mi PC. Estudio lo que quiero, hago la música que me gusta. Pero aún tengo la sensación de que me falta algo, que no realizo muchas de las metas que me propongo -que no son para nada descabelladas- porque estoy petrificada… mi energía no rompe la barrera de activación.
En unos días volveré al pueblo, a la calma campestre, al seno de la familia. Tendré más cosas para disfrutar: internet, más espacio, el auto, silencio, muchos libros, TV por cable, la procesadora y una mini-pimer, ropa lavada y planchada. Seré consentida por mi madre y mi abuela, estaré rodeada de gente, de las mascotas... pero igualmente sintiéndome sola, comprobando que no pertenezco a sus vidas en gran parte.
El estado de transición de pasar de la adolescencia a la adultez se me hace largo, demasiado quizás. Sé que no soy la única al la que le pasa ésto de no sentirnse dueña de su propia vida, sino parte de una “sociedad bipartita”. Sí, sé que puedo hacer lo que quiero, pero siempre dando explicaciones. ¿Será porque económicamente estamos atados a nuestros padres? Tantas cosas haría si tuviera el dinero... ¿Seré independiente realmente cuando tenga mi trabajo? ¡Cómo saberlo! Es mi idea solamente. ¿Será porque me criaron para ser cómoda? Quizás, pero no sé si hay culpa en la crianza, ya que yo puedo ver ésta inacción y no hago demasiado para vencerla.
Siento esperar algo, esperar el “milagro”. Pero los milagros no existen solitos, uno debe buscarlos. El camino no se hace sólo con las huellas, debemos emparejarlo con una Champion * (diría mi hermano). Pasa que a veces faltan las fuerzas...
Si uno mismo, en un momento determinado, dejando de lado las trabas del tiempo y del espacio, puede ver lo que realmente quiere hacer de su vida, se siente pleno. Por otro lado, ocurre que hay frenos reales. Y pasa también que los deseos y las metas mutan con el correr de los años y uno se encuentra realizando sueños de la pubertad a los veintitantos. Y para algunos deseos el momento no llega y quedan pospuestos eternamente, o tímidamente asomándose en un hobbie o en expectativas para futuros hijos... sep.
Bueh, por lo menos sé que con sólo soñar no basta. Tengo que conseguirme una Champion.


* es una máquina que arregla los caminos de tierra en las zonas
rurales.

martes, 10 de julio de 2007

Premoniciones

Me pasa que a veces presiento lo que va a pasar. Desde hace unos años. En sueños, en sensaciones que ahogan el pecho, en llantos espontáneos inexplicables. Me ocurre eso con las personas que están muy cerca de mí, con las que tengo una conexión más allá de la distancia. A veces siento miedo de mí misma, y me odio por presagiar desgracias. No sé hasta qué punto me sirve.
Me pasa que puedo ver en los ojos de una persona la verdad de su alma, pero nunca puedo traducirla a palabras. Apenas la conozco, o si es para mí cotidiana, entreveo en sus pupilas risas, llantos, preocupaciones, tristezas o engaños. Puedo en unos segundos saber si somos compatibles o extrañas.
Me pasa que me afecta demasiado la crisis global. Mi estado de ánimo se adapta al clima, mi paz se frena en el devenir de las crueldades humanas. Conectada al mundo contra mi voluntad, confortablemente dormida por propia decisión.
Pasa que me siento Bruja de Portobello. No perteneciente a éste siglo ni a éste mundo. Incomprendida, despechada, aturdida. Pavorosamente sensible. Encapsulada en una armadura de resignación e indolencia que muchas veces se cae.
Será mi kli, será...

martes, 3 de julio de 2007

C'est moi I


Imagino mi cabeza recostada en un diván largo de terciopelo con un solo brazo, donde un ser sin rasgos me induce a un estado de hipnosis (luego de varios intentos fallidos). Estando en trance, aparecen algunos fotogramas de mi vida.
Sonrío. Con cinco añitos, cantando la Marsellesa con mi abuelo camino al campo. Con mi hermano tirando bolitas de barro a la pared. En mi “laboratorio” del patio de casa, investigando los aguijones de las avispas. Preguntándole a la catequista si no sabían de la teoría de Darwin para modificar el Génesis. Buceando a los 3,80 m en la pileta del club. Teniendo upa a mi hermanita por primera vez. Llorando porque no sabía por qué mi mamá lloraba cuando me vino. Los viajes. Los cumpleaños de 15. Feliz, inmensamente feliz, sola con mi imaginación o con mis amigos, rodeada de verde.
De repente todo es gris, vienen momentos de impotencia, pérdida de fe, llanto.
-¿Acaso ése fue mi quiebre?- me pregunté. Recuerdo cuando las Torres Gemelas cayeron un 11 de septiembre, revivo momentos de incertidumbre en el 2001; yo metida en un mundo que no comprendía. Fue como nacer otra vez, me sentía extraña, estúpida, engañada, ilusa. Y ahí fue cuando la mente se precipitó en la búsqueda de los porqués... ni yo sabía en qué me entrometía.
Tiemblo en total lobreguez. La muerte me roza de cerca, presenciándola, viéndola robarlo de mis brazos, convirtiéndolo en ángel. Volví a cambiar. Y llegaron más días límites, días de duelo, tomé conciencia de lo pasajero y lo permanente. El Amor... a cambio de curarme me empeoró. ¿Por qué algo tan bello lastima? Lo que más aprendí fue a decir adiós. Las fuerzas casi me vencen, siento querer aletargarme en espejismos para no recobrar lo que viví.Despierto. Mis manos se mueven, mi pecho resopla, y mis pies se escapan de las frazadas para dirigirse a la cocina. Mi café con leche habitual, me recuerda que aún estoy viva, para algo, por algo. A pesar de los pesares, las tormentas revueltas, el sinfín de preguntas... estoy ahora, consciente, el resto es pasado.