miércoles, 11 de julio de 2007

C'est moi II


El mediodía se pasa, la ciudad está tranquila como cualquier sábado. Estoy sola en mi depto, mi refugio. No poseo demasiadas cosas ni mucho espacio, pero tengo lo que necesito: una gran puerta balcón que da a la esquina, mis CD’s, un sofá grande y mullido, algo de comida, la guitarra, mi PC. Estudio lo que quiero, hago la música que me gusta. Pero aún tengo la sensación de que me falta algo, que no realizo muchas de las metas que me propongo -que no son para nada descabelladas- porque estoy petrificada… mi energía no rompe la barrera de activación.
En unos días volveré al pueblo, a la calma campestre, al seno de la familia. Tendré más cosas para disfrutar: internet, más espacio, el auto, silencio, muchos libros, TV por cable, la procesadora y una mini-pimer, ropa lavada y planchada. Seré consentida por mi madre y mi abuela, estaré rodeada de gente, de las mascotas... pero igualmente sintiéndome sola, comprobando que no pertenezco a sus vidas en gran parte.
El estado de transición de pasar de la adolescencia a la adultez se me hace largo, demasiado quizás. Sé que no soy la única al la que le pasa ésto de no sentirnse dueña de su propia vida, sino parte de una “sociedad bipartita”. Sí, sé que puedo hacer lo que quiero, pero siempre dando explicaciones. ¿Será porque económicamente estamos atados a nuestros padres? Tantas cosas haría si tuviera el dinero... ¿Seré independiente realmente cuando tenga mi trabajo? ¡Cómo saberlo! Es mi idea solamente. ¿Será porque me criaron para ser cómoda? Quizás, pero no sé si hay culpa en la crianza, ya que yo puedo ver ésta inacción y no hago demasiado para vencerla.
Siento esperar algo, esperar el “milagro”. Pero los milagros no existen solitos, uno debe buscarlos. El camino no se hace sólo con las huellas, debemos emparejarlo con una Champion * (diría mi hermano). Pasa que a veces faltan las fuerzas...
Si uno mismo, en un momento determinado, dejando de lado las trabas del tiempo y del espacio, puede ver lo que realmente quiere hacer de su vida, se siente pleno. Por otro lado, ocurre que hay frenos reales. Y pasa también que los deseos y las metas mutan con el correr de los años y uno se encuentra realizando sueños de la pubertad a los veintitantos. Y para algunos deseos el momento no llega y quedan pospuestos eternamente, o tímidamente asomándose en un hobbie o en expectativas para futuros hijos... sep.
Bueh, por lo menos sé que con sólo soñar no basta. Tengo que conseguirme una Champion.


* es una máquina que arregla los caminos de tierra en las zonas
rurales.

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