sábado, 10 de septiembre de 2011

Cerrojos


Hay cosas que escribo sólo para mí. En mi conciencia, en mi inconsciencia, en el carácter de mercenaria del destino que la vida me dio al abrirme sus puertas. Y esas líneas grabadas a sangre, plasmadas bajo llave, pintadas sobre pintado, para que ni Dios sepa los secretos que atestigua, me las llevo a mi cava. Tantas frases llenas de colores, de parábolas, de locura crecida, no van a ser vistas ni por los recuerdos que resucitan, porque si hay algo más profundo en el planeta que los mismísimos océanos, es un corazón de mujer. Y no hay amiga para esta clase de lectura prohibida, no hay hermosura que excuse su callada providencia, ni tornados que puedan arrancarlas de su miércoles de cenizas. Hay cosas que sólo escribo para mí, para verme al espejo.