domingo, 21 de octubre de 2007

Dios se murió


Por donde lo mires, no hay respuesta que darle. ¿Cuándo existió la justicia, cuándo? Las buenas personas no se merecen esto. Será la fragilidad de los tallos tiernos, y la resistencia de la mala hierba. Siguen subiendo ángeles al cielo, y siguen quedando vacíos inexplicables en los que quedan. Díganme ahora si éste dios es bueno, traten de contrariarme y desmientan ése axioma... ¡díganme si tal dios no juega a los dados con la vida! Impotencia. Rabia. El devenir azaroso de un sol aturdidor y cambiante nos hizo perder la fe. Y cuantas memorias repiten como un déjà vu ese ahogo en el pecho. Sólo puedo hacerles una canción. Pero cómo frenar su subida al cielo...

sábado, 20 de octubre de 2007

Mes amies de terre cuite


Tengo grandes amigas. Alguna será por la altura, otra no tanto por eso, pero sí que son de las buenas. A unas las conozco desde que tengo memoria, a otras parece como si las conociera de toda la vida. Tomamos mates amargos mientras inventamos pinipons suicidas en la azucarera, bailamos con Celia y Compay, nos sacamos fotos a los pies o haciendo muecas, miramos películas europeas (también Harry Potter o alguna con Brad o Johnny), hablamos mucho y soñamos despiertas. Tenemos arduos debates filosófico-político-hombrístico-amorales en madrugadas en vela, por ahí acompañadas por algún manjar chocolatoso (de vez en cuando). Y ahí empezamos a sospechar... de que nuestras madres tienen la culpa de todo. Con otras comparto los asados populosos del sábado que culminan el domingo a la mañana, campamentos en el campo, mates y pileta, vueltas en autos, chatas, motos, bicicletas (etc.) y los mejores & peores recuerdos de mi adolescencia. Algunos de nuestras producciones son cadáveres exquisitos, conversaciones desopilantes, lágrimas de distintas clases y subclases, risotadas, risitas, ronquidos, abrazos. Somos desde psicólogas con doctorado en dilemas existenciales, predicadoras apocalípticas, ecónomas en microproblemas y licenciadas en anatomía-XY. Son fuerza cuando alguna se cae, siempre con el hombro de frente al tropezón, y el consejo cálido. Porque mis amigas son pan de corteza crujiente y miga esponjosa. ¿Cómo no ser tan feliz con ellas? ¡Las adoro!

sábado, 13 de octubre de 2007

La musique sans taboo

Casi se me pianta un lagrimón cuando mis ojos se volvieron hacia las instantáneas amateurs de unos rostros con evidente expresión. Largo por ancho, unas áreas planas que pueden transmitir la tridimensionalidad del sentimiento. Y me di cuenta que había verdadera magia allí, en cada rincón, por cada mirada cómplice compartiendo la adrenalina, saboreando la victoria. Es sólo lo que me queda de un pasado cercano, plasmado en esas páginas virtuales de la memoria, que a veces guardan lo que no deben guardar, y a veces hacen reencontrarnos con nosotros mismos. Se puede mirar atrás con nostalgia de saber que nada volverá a ser igual, porque al correr la vista se ven sombras sobre los cuadros que tapan los colores del presente. Pero, fíjese, no hay doble sentido en esas miradas, en los movimientos paralizados, en los gestos ni en las sonrisas.
Entonces se puede mirar atrás ahora cambiando el ángulo, y darse cuenta también de lo que se puede provocar a tanta gente al compenetrarnos juntos en la pasión de una melodía.
Volteo al presente y escucho… hay un silencio entremezclado, una disonancia casi imperceptible para el resto, el fading out de unos acordes que supieron tocarnos dentro.
El destilado final de esta poción entre dulce y amarga es la música que sale de nuestros poros sin mediar entre lo espiritual y lo corpóreo, como elixir milagroso que hace que aún estemos con vida.
El cielo se hará cargo de impartir ley, yo sólo sé que en mi sangre corre turbulentamente una energía que estalla en ondas al salir de mi boca, y hacia él van dirigidas, sabiendo que un ángel las espera incondicionalmente, y van también hacia todo aquel que presencie mi acto. En ello radica la magia de aquellos momentos, en provocar que varias pieles se ericen, las bocas enmudezcan y los oídos se abran. Y así pasa cuando lo que se muestra es lo que se es.

Feelin' it