sábado, 13 de octubre de 2007

La musique sans taboo

Casi se me pianta un lagrimón cuando mis ojos se volvieron hacia las instantáneas amateurs de unos rostros con evidente expresión. Largo por ancho, unas áreas planas que pueden transmitir la tridimensionalidad del sentimiento. Y me di cuenta que había verdadera magia allí, en cada rincón, por cada mirada cómplice compartiendo la adrenalina, saboreando la victoria. Es sólo lo que me queda de un pasado cercano, plasmado en esas páginas virtuales de la memoria, que a veces guardan lo que no deben guardar, y a veces hacen reencontrarnos con nosotros mismos. Se puede mirar atrás con nostalgia de saber que nada volverá a ser igual, porque al correr la vista se ven sombras sobre los cuadros que tapan los colores del presente. Pero, fíjese, no hay doble sentido en esas miradas, en los movimientos paralizados, en los gestos ni en las sonrisas.
Entonces se puede mirar atrás ahora cambiando el ángulo, y darse cuenta también de lo que se puede provocar a tanta gente al compenetrarnos juntos en la pasión de una melodía.
Volteo al presente y escucho… hay un silencio entremezclado, una disonancia casi imperceptible para el resto, el fading out de unos acordes que supieron tocarnos dentro.
El destilado final de esta poción entre dulce y amarga es la música que sale de nuestros poros sin mediar entre lo espiritual y lo corpóreo, como elixir milagroso que hace que aún estemos con vida.
El cielo se hará cargo de impartir ley, yo sólo sé que en mi sangre corre turbulentamente una energía que estalla en ondas al salir de mi boca, y hacia él van dirigidas, sabiendo que un ángel las espera incondicionalmente, y van también hacia todo aquel que presencie mi acto. En ello radica la magia de aquellos momentos, en provocar que varias pieles se ericen, las bocas enmudezcan y los oídos se abran. Y así pasa cuando lo que se muestra es lo que se es.

Feelin' it

3 comentarios:

el condimentador dijo...

Tenés la gracia de tener una voz que transmite mucho, y la suerte de poder unirla a una banda que hace exactamente lo que decís: eriza la piel, enmudece bocas y entra por los oidos hasta llegar a tocar el alma. Por mi parte, mi suerte es la de haber nacido amigo de varios integrantes de Null y acceder así a su magia (y con mi "su" te incluyo, ya que refiero a la banda entera).
Lo que me gustaría aportarte (si me lo permitís) es que todo silencio o fading out puede ser tan solo un corte dentro de un tema para volver a arrancar con más fuerza, enmudeciendo nuevamente al público. Y las disonancias muchas veces suenan bien, o se pueden aprovechar en etapas creativas. Para resumir: que un pequeño ruido, por más que pueda llegar a ser no tan pequeño, no calle la música que tanto aporta a la parte humana que tanto importa. Espero no haberle errado...
Saludos de un fan :D

JHR dijo...

Eso es lo que muchos esperamos (si, me incluyo), y a veces en vano. Pero pronto leerás mi Poeticario y verás lo que opino... un abrazo

daydreamer dijo...

me gusto tu descripcion! y todo lo que decis que sentis es lo q transmitis, es lo que los del otro lado vemos, esa es una buena senial
TK