sábado, 10 de noviembre de 2007

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En un lapso de tiempo de no más de unas horas, no menos de unos años, no poco como un segundo, un remolino poseyó mi mente mareándome en un popurrí giratorio, dejando mi cuerpo tiritando como una hoja enfrentándose al otoño. Así fue como el dolor reflotó con ese viento desubicado y un november rain intenso. Todo pega vueltas para mí… todo se da vuelta, todo vuelve. Si la felicidad es una elección, la tristeza no puede ser una tirada de dados. La imperfección del humano da la lógica razón a lo supuestamente imprevisto, pero sólo después de aparecido el evento. Para seguir hay que mirar hacia otras latitudes… y resignarse al dolor -quizás hasta anestesiarse- , pensar sólo en lo bueno que cosechamos y contentarse con lo que queda.
En algunos momentos prefiero la calma del silencio, aunque mi rostro delate crudeza y sinceridad en cada expresión. Porque aprender a perder, admitir que el ego se rompió, reconocer que una puerta se cierra, aceptar la impermanencia de las cosas terrestres, no es fácil para nadie. Y en ese proceso es cuando vienen las ganas de atrapar con palabras las volutas de sentimiento fumante. Mis palabras, que quizás no tengan la habilidad de las letras de Spinetta, o la teatralidad de las obras de Bioy, mis humildes palabras despluman el alma y renuevan la tierra a sembrar, al precio de mostrarme como soy, porque no sé usar disfraces más que para el carnaval. Dibujan en forma de prosa las líneas que unen los puntos aislados de cada “hito vivencial”, una curva escurridiza que intuye el camino. Él, aunque desconocido, está enfrente nuestro aún y hay que transitarlo. Con cojones.
Luego viene una fuerza motora, naciente de las cenizas de los lamentos, cuando parece que el alma está tan saturada de lágrimas, y hace que la ordenada de la sonrisa nunca llega a cero, y que uno cambie el ángulo de vista, otra vez. Es el preludio de la elección hacia la felicidad, ese pequeño empujón del ego, una obertura de ojos hacia un cielo descubierto, dejando los oídos receptivos hacia el cantar del viento. Como siempre, recaigo en que la esperanza remanente no se pierde, recalco la beldad de esas almas serenas que abrazan y sacan sabiamente una máxima confortante como un túnel de luz atravesando el vacío. Sin rencores absurdos ni ensueños enturbiadores, hay que ir mudando pieles … en la sabia aceptación de que la vida es lo que pasa mientras soñamos con el futuro y extrañamos algún pasado.
¿Qué estás haciendo ahora con tus elecciones?

3 comentarios:

daydreamer dijo...

tus palabras son sabias, quizas mas que las de cualquier borges. porq vienen de la experiencia y de la fuerza de tu alma. Yo aprendí que tu alma es inmensa... y por eso es que sos tan especial para mi. También es bueno llorar de vez en cuando para que el corazón no se ahogue, estar triste es parte de la felicidad, es parte de vivir. y el amor tiene mil formas, pr suerte también de amistad...

JHR dijo...

Chichis, vos sos una de esas almas serenas, mi amiga del alma. Gracias por todo!

Ghost dijo...

Hola jose! soy lay.
Te escribo despues de MUUCHO porque estoy a full aca pero espero q estes bien y q todo con tu banda vaya MUUY bien. Besotes, mandale besos a ceci tb pra mi!
:P
L