Por donde lo mires, no hay respuesta que darle. ¿Cuándo existió la justicia, cuándo? Las buenas personas no se merecen esto. Será la fragilidad de los tallos tiernos, y la resistencia de la mala hierba. Siguen subiendo ángeles al cielo, y siguen quedando vacíos inexplicables en los que quedan. Díganme ahora si éste dios es bueno, traten de contrariarme y desmientan ése axioma... ¡díganme si tal dios no juega a los dados con la vida! Impotencia. Rabia. El devenir azaroso de un sol aturdidor y cambiante nos hizo perder la fe. Y cuantas memorias repiten como un déjà vu ese ahogo en el pecho. Sólo puedo hacerles una canción. Pero cómo frenar su subida al cielo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario