Recordé otra época de mi vida en la que leer filosofía era una tarea cotidiana e insufriblemente ardua, cuando encontré en un armario la ideología alemana, de Karl Marx y Friedrich Engels. Para mí éste libro, todavía intacto a pesar de los años, encofra muchos significados en el plano de lo personal. Lo adquirí semanas antes de abandonar la carrera de R.R.I.I, dejándolo intacto, vírgen, como el ícono del olvido de una época oscura de mi vida. Enojada con el mundo, me dediqué a olvidar.
Pero no abandoné mi afán de pensadora, crítica de lo cotidiano. Lo que quería lograr era, en la medida de lo posible, tratar de abstraerme de cualquier influencia al escribir, sólo basarme en mis vivencias (sé que me contradigo al publicar la columna de aquí al lado, pero no voy a ser hipócrita, me gusta leer en verdad y no puedo evitar por completo esta maña). Y como estoy aburrida, comencé a leerlo... y oh sorpresa. Sin antes haberme metido en tales páginas, habiendo casi olvidado las obras de éstos escritores, reconocí escondida en un párrafo una idea mía, que pensaba única. Y oh, otra sorpresa, semanas después leyendo a Sábato en la robotización del hombre me pasó exactamente lo mismo.
Y aquí van mis preguntas: ¿será que está todo pensado? ¿Por qué ideas de hace 1 y ½ siglo atrás aparecen como si surgieran originalmente de nosotros? Es decir, ¿por qué los pensadores recaen siempre en las mismas discusiones? ¿Hay problemáticas a priori? ¿ O el mundo avanza tan cíclicamente como para que se repita todo?
No sé. Lo que sí me doy cuenta es que para filosofar sobre algunas cosas no se necesitan profundos conocimientos previos. Quizás sean necesarios para batallar en el mundo de las ideas, entre los pensadores “profesionales” de cada época, para defender la postura y no escribir lo ya escrito... aunque, por otro lado, hay tantas personas que escribieron, escriben y escribirán en el mundo que es imposible hacer un seguimiento, aunque sea una sinapsis, de cada libro, cada columna en los diarios, cada paper, ensayo, revista, página web o cualquier forma de transmisión de conjeturas como para ponerse a ser originales y no encontrarse con algún “pensamiento mellizo” por ahí.
Pero es interesante. Un axioma no es nada sin la filosofía que lo declara. Una frase no es bien interpretada sin su contexto. A lo que me refiero es que dos pensamientos pueden ser elementos de una mezcla azeotrópica (1); pueden ser de comportamientos diferentes que se unen sólo en algún punto, donde plantean algo semejante o simplemente usan palabras parecidas. Pero sólo eso. El antes y después de ese “encuentro” pueden ser tan lejanos, opuestos, o indiferentes, gracias a la genialidad propia del ligue de las palabras.
Por lo pronto, no me importa qué es lo que digan Engels y Marx, ni lo que plantea Sábato, ¡ésas ideas eran mías! Aunque a veces las coincidencias no son tan azarosas... y si digo, “es por algo”, me transporto al blog de Daydreamer (2) y se sigue la discusión eterna.
(1) Concepto químico, soluciones. Para más info. ir a Wikipedia.
(2) Amiga mía que escribe sobre cosas polémicas en ellacontraelmundo.blogspot.com
Pero no abandoné mi afán de pensadora, crítica de lo cotidiano. Lo que quería lograr era, en la medida de lo posible, tratar de abstraerme de cualquier influencia al escribir, sólo basarme en mis vivencias (sé que me contradigo al publicar la columna de aquí al lado, pero no voy a ser hipócrita, me gusta leer en verdad y no puedo evitar por completo esta maña). Y como estoy aburrida, comencé a leerlo... y oh sorpresa. Sin antes haberme metido en tales páginas, habiendo casi olvidado las obras de éstos escritores, reconocí escondida en un párrafo una idea mía, que pensaba única. Y oh, otra sorpresa, semanas después leyendo a Sábato en la robotización del hombre me pasó exactamente lo mismo.
Y aquí van mis preguntas: ¿será que está todo pensado? ¿Por qué ideas de hace 1 y ½ siglo atrás aparecen como si surgieran originalmente de nosotros? Es decir, ¿por qué los pensadores recaen siempre en las mismas discusiones? ¿Hay problemáticas a priori? ¿ O el mundo avanza tan cíclicamente como para que se repita todo?
No sé. Lo que sí me doy cuenta es que para filosofar sobre algunas cosas no se necesitan profundos conocimientos previos. Quizás sean necesarios para batallar en el mundo de las ideas, entre los pensadores “profesionales” de cada época, para defender la postura y no escribir lo ya escrito... aunque, por otro lado, hay tantas personas que escribieron, escriben y escribirán en el mundo que es imposible hacer un seguimiento, aunque sea una sinapsis, de cada libro, cada columna en los diarios, cada paper, ensayo, revista, página web o cualquier forma de transmisión de conjeturas como para ponerse a ser originales y no encontrarse con algún “pensamiento mellizo” por ahí.
Pero es interesante. Un axioma no es nada sin la filosofía que lo declara. Una frase no es bien interpretada sin su contexto. A lo que me refiero es que dos pensamientos pueden ser elementos de una mezcla azeotrópica (1); pueden ser de comportamientos diferentes que se unen sólo en algún punto, donde plantean algo semejante o simplemente usan palabras parecidas. Pero sólo eso. El antes y después de ese “encuentro” pueden ser tan lejanos, opuestos, o indiferentes, gracias a la genialidad propia del ligue de las palabras.
Por lo pronto, no me importa qué es lo que digan Engels y Marx, ni lo que plantea Sábato, ¡ésas ideas eran mías! Aunque a veces las coincidencias no son tan azarosas... y si digo, “es por algo”, me transporto al blog de Daydreamer (2) y se sigue la discusión eterna.
(1) Concepto químico, soluciones. Para más info. ir a Wikipedia.
(2) Amiga mía que escribe sobre cosas polémicas en ellacontraelmundo.blogspot.com